Tratamientos con antihistamínicos (H1A) durante el embarazo
Número 32 - 08/2011
Existen estimaciones globales que sitúan en el 20-30% la proporción de mujeres embarazadas que sufren procesos alérgicos. Sin embargo, la incidencia de esa patología está aumentando, y es más frecuente en ciertas estaciones del año. Dicha estacionalidad se observa claramente en las llamadas recibidas en los dos Servicios de Información sobre Teratógenos (SITTE y SITE). Esto ha permitido detectar que, con mucha frecuencia, cuando una mujer embarazada presenta un proceso alérgico, o no se le prescribe un antihistamínico que le habría sido prescrito en ausencia de embarazo, o se interrumpe el tratamiento que estaba siguiendo. Una actuación que resulta peligrosa para la madre y para el embrión y/o feto.
La histamina es uno de los principales mediadores de la inflamación alérgica: actúa en diferentes órganos o tejidos (piel, ojos, mucosa nasal y bronquios), dando lugar a los síntomas clásicos. Asimismo, es un neurotransmisor que, entre otras acciones, intensifica la vigilia e inhibe el apetito.
Los agentes antihistamínicos actúan bloqueando los receptores de la histamina, y aunque son de cuatro tipos (H1, H2, H3 y H4), los que se consideran como fármacos antialérgicos son los antihistamínicos que antagonizan los receptores H1, y se denominan H1A.
Hay dos grupos de fármacos H1A: los llamados de primera generación, que atraviesan la barrera hematoencefálica y pasan al sistema nervioso central deprimiéndolo, por lo que pueden producir sueño y efectos anticolinérgicos marcados; y los de segunda generación, que no atraviesan la barrera hematoencefálica y no suelen producir sueño ni tienen efecto anticolinérgico.
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PROPOSITUS Número 32 – Agosto 2011 (PDF – 56.5 KB)
Tratamientos con antihistamínicos (H1A) durante el embarazo